(INTRO:
En el tejido del cosmos, hilos de luz entrelazados,
donde la materia danza al compás de lo inesperado.
Cada átomo un poema, cada partícula un verso,
en la vastedad del espacio, un silencio inmerso.
La incertidumbre de Heisenberg, nuestra musa y guía,
en la mecánica cuántica, la poesía se deslía.
Un electrón, cual poeta, en su órbita no confinado,
traza caminos de posibilidades, en el lienzo estrellado.
Prismas que descomponen la esencia de la realidad,
colores que se funden en la dualidad.
La observación, un acto que altera el destino,
en el acto de mirar, se redefine el camino.
La desintegración del rubí, metáfora de la existencia,
cada fragmento refleja una faceta de la ciencia.
El prisma de nuestra mente, refracta la verdad,
en un espectro de ideas, la belleza de la claridad.
Raúl Ximénez Pérez-Higueras, poeta de lo infinito,
nos invita a explorar el universo en su escrito.
Con cada palabra, un universo se expande,
y en la poesía cuántica, el alma se desgrana.
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